22 marzo, 2024
Producir más, con menos: Eficiencia del uso de agua en riego
Optimización del uso del agua en el riego
La agricultura representa el 70% de todas las extracciones mundiales de agua dulce. Nuestra creciente población mundial requiere más alimentos para alimentarse. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que se necesitará un 60% más de alimentos para 2050. Esto inevitablemente ejercerá más presión sobre nuestros recursos de agua dulce, y se estima que para satisfacer esta demanda la producción de alimentos se requiere un aumento del 50% de riego para el 2050.
Además, los efectos del cambio climático e hídricos amenazan a dos tercios de la población mundial con escasez de agua para 2025. Existe la preocupación de que esta escasez de agua pueda generar conflictos por los recursos de agua dulce, lo que en última instancia podría amenazar la seguridad alimentaria.
En Yara creemos en dos estrategias fundamentales; adoptar sistemas de riego eficaces y optimizar la gestión de nutrientes de los cultivos, para impulsar la productividad agrícola y al mismo tiempo mejorar la eficiencia en el uso del agua.
“ En términos simples, la eficiencia en el uso del agua es la cantidad de rendimiento del cultivo por unidad de agua consumida por la planta. Este es un tema muy importante en la producción de cultivos.”
Sistemas de riego eficaces
En Yara promovemos una transición del riego de superficie hacia sistemas de riego por pivote, aspersores y micro riego que aumenten la eficiencia del agua. Los sistemas de riego por goteo, por ejemplo, suministran agua directamente a la zona de las raíces de la planta, minimizando la evaporación y las pérdidas por escorrentía.
Las prácticas de riego tradicionales, como la inundación, exhiben niveles de eficiencia hídrica del 30 al 40 %, el riego por surcos oscila entre el 55 y el 70 % de eficiencia hídrica, mientras que la línea de goteo puede alcanzar hasta el 95 %. Además, el riego por goteo se destaca por mantener niveles constantes de humedad del suelo, a diferencia de otros sistemas que frecuentemente oscilan entre condiciones de exceso e insuficiencia de agua. Esta estabilidad promueve un crecimiento más saludable de las plantas y una absorción de nutrientes más eficaz.
Manejo óptimo de los nutrientes del cultivo
Los científicos de Yara han descubierto que un suministro óptimo de nutrientes no sólo aumenta el rendimiento, sino que también ayuda a las plantas a aprovechar al máximo el suministro de agua.
Un estudio sobre fertiirrigación de tomates, un método que combina la aplicación de nutrientes y agua, encontró un crecimiento del 19% en el rendimiento, una reducción del 36% en el consumo de agua y una mejora del 46% en la eficiencia del uso del agua. De manera similar, en el cultivo de papa, el riego por goteo resultó en una reducción del 31% en el consumo de agua por tonelada de cultivo en comparación con los sistemas pivotantes, además de un incremento de ganancias del 10,5% después de la inversión inicial.
La aplicación eficiente de fertilizantes promueve el desarrollo de sistemas de raíces más profundos y vigorosos. Unos niveles adecuados de nutrientes permiten que las raíces alcancen reservas de humedad en las capas más profundas del suelo, lo que reduce la dependencia de nutrientes en la capa superficial y disminuye la necesidad de riego frecuente, conservando así el agua. Además, un suministro óptimo de nutrientes aumenta la biomasa de los cultivos, reduciendo la evaporación de la humedad del suelo al protegerlo de la luz solar directa y el viento, mejorando así la eficiencia en el uso del agua.
Los ensayos científicos de Yara en trigo han demostrado que los niveles óptimos de nitrógeno no sólo reducen tres veces la evaporación de humedad del suelo en comparación con los cultivos deficientes en nitrógeno, sino que también mejoran el rendimiento del trigo hasta 2,5 veces con un uso similar de agua. Estos resultados enfatizan la relación vital entre la gestión de nutrientes y el uso eficiente del agua.
Producir más, con menos
La fertirrigación no sólo maximiza la absorción por las plantas, sino que también reduce las pérdidas al medio ambiente tanto a través de la lixiviación del suelo como de las emisiones de gases de efecto invernadero al aire. “Es poco conocido que una de las principales fuentes de emisiones de nuestra industria proviene de las emisiones de metano provenientes del cultivo de arroz. Estamos muy centrados en convertir estos sistemas en sistemas de riego y fertirrigación más eficientes”, afirma Martin Debaig, Director de Fertirrigación y Director de Producto de Nitratos de Calcio de Yara.
Martin añade que Yara se centra en garantizar que la transición hacia sistemas de riego más eficientes, que se han convertido en un requisito cada vez en más lugares del mundo debido a los cambios en los patrones de lluvia, se complemente con sistemas de disolución simples para impulsar la industria a un nivel más alto, hacia la fertirrigación. "Esto es fundamental para Cultivar un Futuro Alimentario Positivo para la Naturaleza, produciendo más con menos", añade.