25 octubre, 2018
Agricultura baja en emisiones: la nueva oportunidad de México
La deficiencia de nutrientes es uno de los problemas que afecta a los cultivos en Latinoamérica. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en Inglés), hoy se pierden cuatro hectáreas de tierras de cultivo por minuto en el mundo.
Por eso, Yara, la compañía líder mundial en la producción y comercialización de soluciónes para la nutrición de cultivos, se sumó al Día Mundial de los Fertilizantes, que tuvo lugar el pasado 13 de octubre. Su celebración tiene como objetivo educar a la población sobre el papel fundamental que juegan estos insumos en la seguridad alimentaria.
“Aunque pocos se lo imaginan, los fertilizantes hacen parte de su vida todos los días; ellos nutren las plantas con nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y otros elementos, de la misma forma que los alimentos nutren a los seres humanos”, explica Gianni Canneti, Director Regional de Yara México.
De hecho, la mitad de todos los alimentos que se producen en nuestro planeta hoy en día, tanto para las personas como para los animales, es posible gracias al uso de fertilizantes. Los suelos deben fertilizarse para mantener el contenido adecuado de elementos minerales, que los cultivos necesitan para su correcto desarrollo, mediante su absorción en el momento preciso y en las cantidades necesarias.
Sin embargo, existen algunos fertilizantes que podrían tener un mayor impacto medioambiental que otros. La elección del tipo de nitrógeno, por ejemplo, es fundamental no solo en cuanto a la rentabilidad de la explotación agrícola, sino en cuanto a la reducción de gases de efecto invernadero y su impacto en el pH de los suelos.
“Nos enfrentamos a un escenario realmente paradójico en la región. Las autoridades agrícolas y medioambientales conocen la importancia de reducir las emisiones para evitar el calentamiento global, pero hoy todavía se promueve el uso de la urea sobre los nitratos, a pesar de ser estos últimos una fuente de nitrógeno mucho más eficiente y con menor huella de carbono. Cuando la urea se aplica al voleo, casi la mitad del nitrógeno se pierde por volatilización del gas amónico (NH3)”, afirma Olaf Hektoen, Director de Yara para Latinoamérica.
Como se evidencia en México, el consumo agrícola de urea crece a una velocidad mayor en detrimento del consumo de nitratos. Aunque existen metas claras del Gobierno para la reducción de determinados gases, uno de los cuales es el amoniaco (NH3), este es el único cuyas emisiones siguen aumentando. Dichas emisiones tienen origen agrícola en un 97%: dos tercios procedentes de la ganadería y un tercio de la fertilización.
“Cultivos más productivos y rentables, con menos NH3. Esa es nuestra apuesta. Por esta razón, ofrecemos soluciones de nutrición vegetal con base en nitratos, más amigables con el medio ambiente. Nuestros planes de fertilizantes ofrecen una proporción de nitrógeno nitrico mucho más alta, ya que esta es la fuente preferida por las plantas y la más eficiente. Asimismo, la calidad de la cosecha también mejora por alcanzar un adecuado balance de nutrientes”, agrega Gianni Canneti.
Las medidas adoptadas por la industria de fertilizantes europea para mejorar la eficiencia energética y para reducir las emisiones en las fábricas, hacen que sea la más eficiente del mundo y, por consiguiente, la que tiene menor huella de carbono.
Sin embargo, el alto nivel de importaciones de urea procedentes de otros países (tales como Rusia y China), menos eficientes y más contaminantes, provoca que aumente el calentamiento global y que la industria más avanzada tecnológicamente -la europea-, enfrente condiciones de mercado mucho más adversas, por sus mayores costes industriales, medioambientales y laborales.
“Esperamos que México fije su camino hacia una agricultura mucho más sostenible, que impulse la rentabilidad de los productores, pero también nos ayude a alimentar el mundo de manera responsable y a proteger el planeta”, agrega Olaf Hektoen.
¿Por qué son tan importantes los fertilizantes?
Los cultivos, las personas y los animales necesitan 16 macro y micronutrientes para un óptimo desarrollo (fósforo, potasio, magnesio, calcio, azufre, boro, cobre, hierro, manganeso, molibdeno y zinc, entre otros). Sin fertilizantes, los bajos niveles de minerales en la composición natural del suelo determinan su deficiencia en los cultivos y, por ende, en la comida que hace parte de nuestra dieta.
Cada cosecha extrae del suelo cierta cantidad de nutrientes que luego recibimos los seres humanos. Si dichos nutrientes no se reponen, con fertilizantes orgánicos o minerales, la tierra se empobrece y no produce lo mismo más adelante. Por eso, Yara analiza cuánto obtienen las plantas del suelo con cada cosecha, para devolver lo que falta en complemento a la materia orgánica; a esto lo llaman: Nutrición de Cultivos.
“En muchas ocasiones, los suelos presentan deficiencias de hasta un 85% en macro y micronutrientes, lo cual origina, en el caso de los seres humanos, problemas de crecimiento, debilidad muscular, osteoporosis y diabetes, entre otras enfermedades. Para Yara, estas deficiencias podrían prevenirse desde los alimentos, mediante una adecuada nutrición de cultivos”, declara Gianni Canneti.
Los fertilizantes ayudan a generar una cobertura vegetal, que previene la erosión y degradación del suelo. Asimismo, contribuyen a una mayor producción por unidad de tierra, mitigando la deforestación para siembra de cultivos. Cuando los fertilizantes se fabrican con baja huella de carbono y tienen fuentes eficientes de nitrógeno, tales como los nitratos, minimizan el impacto en el cambio climático y facilitan una mayor producción de biomasa para fuentes de energía alternativas, tales como la caña y el maíz.
Sobre el Día Mundial de los Fertilizantes
El Día Mundial de los Fertilizantes 2018, respaldado por reconocidas organizaciones como la International Fertilizer Association –IFA, The Fertilizer Institute, Fertilizers Europe y el International Plant Nutrition Institute, promueve discusiones sobre prácticas agrícolas fundamentales para el futuro del abastecimiento mundial de comida, con todos los actores de la cadena de valor.